Los hermanos no necesitan palabras, ellos han perfeccionado un lenguaje de guiños, sonrisas, ceños fruncidos y expresiones sorpresa, que pueden socavar cualquier cuento que les estés contando.

La vida sencillamente no sería la misma sin los hermanos. Ellos son los amigos que nos entrega la vida. Son nuestros guías, son la memoria compartida de miles de recuerdos, son confidentes, y son, también, el blanco de nuestras peleas y discusiones. Pero, es gracias a ellas, que nos vamos forjando hacia el futuro.

Vivir y crecer con hermanos es un tremendo regalo que nos deja tremendas enseñanzas que nos van a servir para toda la vida.

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Enseñanzas de vida que nos dejan los hermanos

1.- Cuidar del otro

Con los hermanos aprendemos a cuidar del otro, a desarrollar un instinto de protección y así vamos creciendo.

2.- Ser paciente

Nos  enseñan que podemos saber lo que siente el otro sin necesitar decir una palabra. Ellos nos demuestran que todo lo que pase, se puede arreglar.

3.- Superarte a ti mismo

Compartir con los hermanos ayuda a aprender de los éxitos y errores de la vida.

4.- Compartir

Con los hermanos aprendemos a compartirlo todo, sea material o no. Desde pequeños tenemos que compartir muchas cosas y eso nos enseña que la vida es mejor así, compartiendo con el resto.

5.- Trabajar en equipo y poder de negociación

La unión hace la fuerza y el trabajo en equipo se vuelve parte fundamental de la vida. Aprender de cooperación y entender que el entendimiento y la negociación es muy poderoso para lograr el objetivo en común.

6.- Perdonar

La complicidad de las miradas o los abrazos son lo más grande que existe. Esto nos enseña que no existe nada más grande que el amor. Luego de una discusión, el perdón nos beneficia a todos.

7.- Amar de manera incondicional

La relación entre hermanos nos enseña a amar sobre todas las cosas, ya que nuestras vidas están entrelazadas. Son esas personas especiales que te conocen mejor que nadie y a las que siempre estarás unido con un vínculo inquebrantable.

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Por Alejandra Poli G.