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No sólo los seres humanos pueden sufrir cuadros de traumas psicológicos frente a una situación estresante y difícil. También los animales pueden desarrollar este tipo de problemas.Sí, los animales pueden sufrir traumas psicológicos. Particularmente los gatos sienten el efecto de las experiencias traumáticas de una forma muy intensa y marcada, de tal manera que cambian su conducta y las rutinas. Nunca más vuelven a ser los mismos”, asegura la docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico, Sylvia Arrau.

Para un gato haber estado a punto de ser devorado por una jauría de perros hambrientos, y para un perro permanecer las 24 horas del día amarrado en el patio, pueden ser situaciones complicadas que pueden llegar a generar un trauma en las mascotas.

Las experiencias traumáticas pueden ser de diversa índole. Por ejemplo, puede ser la presencia y observación de la muerte de compañeros de vida en condiciones extremas, el maltrato físico y/o el abandono por parte de los dueños, la falta de estímulos y de preocupación de parte de los humanos a cargo, restricción del espacio mínimo necesario para un animal o mantenerlo permanentemente amarrado, accidentes o atropellos, peleas extremas, ruidos extremos o inesperados, y un mal manejo del dolor en cirugías o enfermedades, etc.”, describe la experta.

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Según la médico veterinaria, es posible advertir los siguientes síntomas en un animal que ha desarrollado un trauma producto de una situación difícil que ha vivido recientemente.

–          Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.

–          Depresión y falta de actividad.

–          Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.

–          Conducta escapista o de esconderse.

–          Actuar con nerviosismo, miedo e indiferencia.

–          Molestarse o sentirse amenazado con mucha facilidad.

–          No manifestar curiosidad o interés por investigar el entorno.

–          Reaccionar con exageración al tacto o a los ruidos.

Si identificas varias de las conductas recién descritas en tu mascota, es muy probable que el animal haya pasado por una situación traumática recientemente. El tratamiento suele ser una mayor preocupación del amo y hasta puede necesitarse la aplicación de terapias alternativas para superar el incidente.

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La paciencia en la recuperación y tratamiento de los problemas de comportamiento asociados a las experiencias traumáticas en los animales es central. El dueño debe acercarse con cautela al animal para ir recuperando su confianza y desarrollando un lenguaje común que pueda reactivar lazos de apego entre el animal y el ser humano. Este acercamiento no debe forzarse en ningún caso. El manejo farmacológico debe estar a cargo de un médico veterinario especialista en estos problemas, el cual puede recetar fármacos como antidepresivos, reguladores del ánimo o incluso terapias complementarias como Flores de Bach y Aromaterapia”, explica Arrau.