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Que bien nos viene este artículo de Jessica Ramos de Historias en mis 30 años. Para ti mujer de 30, 20, 40 o de la edad que sea. Lee, no estás sola. No eres la única que tiene miedos y dudas, todas lo tenemos. Pero, el miedo no ayuda. La valentía no está dada para quienes “no tienen miedo”, sino para quienes actúan a pesar de éste. 

El aterrizaje  a los 30 años no siempre es suave. Hay quienes padecen de crisis al llegar a esta edad, a otras les vienen cuestionamientos sobre sus identidades, a algunas también les viene una especie de segunda adolescencia. Son muchos los miedos asociados a los 30 años.

Pero no hay que temer, porque aunque suene medio cliché, todas las edades traen etapas distintas, y en vez de aferrarse a lo ya conocido o al miedo, es mejor soltar y dejarse ir.

Los miedos más comunes

1- Se me va a ir el tren o voy a quedar vistiendo santos: Si tienes 30 y algo y no estás en pareja, de novia o derechamente casada, nuestra sociedad, nos indica que estamos “arruinadas”, así que o mejor nos apuramos o …. Vamos a terminar tejiendo calcetas y viviendo con 10 gatos. Ideas así solo nos angustian y lo que es peor, nos llevan a elegir  estar al lado de cualquier cosa con tal de no estar solas.

Pero ¿y cómo Cameron Díaz? Sí, la actriz de 42 años, se acaba de casar y a sus 30 y tantos aseguraba en las entrevistas que no estaba ni ahí con el casamiento. Ella no parecía tener miedo, ya Ok, es Cameron, pero el tema no va por ser más o menos hermosa, sino que va más que nada por la actitud y por entender que eso de lo que se supone que hay que hacer a ciertas edades, es una soberana estupidez. ¡A liberarse!

2- Tic tac me hace mi reloj biológico: Nada peor que cuando uno llega a los 30 años,  todo el mundo se anda preocupando de tus ovarios, tu útero y sus funciones. Frases como “oye, pero te queda poco tiempo para ser mamá”, “ojo que si se te pasa el tiempo y no lo eres, después te puedes arrepentir”, “¿y si te embarazas no más?”. Qué horror.

Cecilia Bolocco fue madre a los 40 años. Lo mismo Tamara Acosta, así que córtenla y es súper simple, la que quiere ser madre, lo será a los 20, a los 30, o a los 40. Sí es importante saber que según estudios a partir de los 35 años, aumenta la posibilidad de tener un hijo con síndrome de Down, pero no por eso hay que taladrearle la cabeza a la treinteañera todo el rato con el temita. Cada una es responsable de su función fecundadora.

3- Tengo que tener la vida resuelta: Por una extraña razón se determinó que en la década de los 30 una tiene que tener todo delineado y pensado, tienes que estar asentada, de novia o casada, ojalá con hijos o con proyección de tener uno, ad portas de la casa propia, en un buen trabajo, ganando plata decente. Nada de sorpresas, porque pareciera que para eso están los 20. ¡Qué horror!

Hay personas que conciben la vida así, como un trayecto lineal, pero la vida da sorpresas, no sólo a los 30, sino que también a los 40, 50, además que vamos cambiando y es posible que vayamos queriendo otras cosas. En fin, nadie tiene la vida resuelta, y quien piensa lo contrario, lo más probable es que un día se le desprograme todo y quede en punto cero, así es la vida.

4- Voy a ponerme gorda: Otra curiosidad es pensar que cuando llegas a los 30 se te pone lento el metabolismo, de tal modo que te comes un pan y es como si te comieras la panadería completa. La verdad es que sí el cuerpo va cambiando y a los 30 y tantos cuesta un poco más bajar de peso, pero salvo que tengas alguna enfermedad, los kilos de más a los 30 años son  sinónimo de que estás comiendo más de la cuenta, punto! No seamos patudas y no le echemos la culpa a la edad.

Por Jessica Ramos

Historias en mis 30