niños

Vivimos en un mundo tan rápido, muy colapsado que ya no sabemos cómo frenar o quizás ya no somos dueños de nuestro tiempo para pensar si está bien o mal.

Me llama mucho la atención cómo abordar los problemas de nuestros hijos. Aparece cualquier dificultad entonces se ponen en alerta el sistema  y todo empieza actuar, llaman del colegio… informe de neurólogo... psicopedagoga, y vamos con los diagnósticos, los cuales ya ponen una presión en nosotras y sin darnos cuenta se las traspasamos a ellos.

Sigamos con nuestra cadena…….. El informe del especialista listo es entregado al colegio y se decide lo más fácil: el fantástico remedio, ritalin, aradix, concerta…… y sin darnos cuenta ya entramos en el sistema del mínimo esfuerzo.

¿A qué me refiero con esto?  Pregunto ¿No será esta la solución más fácil para la profesora?  Tener al niño bajo su mirada y control, por lo tanto ella puede seguir adelante con sus logros, sus clases y ese niño lleno de energía, preguntas y entusiasmo en cierta medida está semi dormido. Y nosotros como mamás más tranquilas, ya no recibimos anotaciones ni comunicaciones que tenemos que ir al colegio ya que nuestro niño o niña se está portando bien y, es más, pensamos que está madurando.

Pensemos un rato y volvamos a nuestros tiempos, por lo menos al mío. El profesor se paraba frente a mi curso que éramos 43, y solo con su presencia entregaba el respeto que se había ganado. Este profesor mientras más de edad tenía entonces mayor autoridad y experiencia tenía, no existían o no se daba un remedio de manera tan fácil, donde estaba el desafío del profesor y de los papás.

La seguridad entregada a ese niño, que sabía y aprendía que se equivocaba y tenía que superarlo, le daba una experiencia de vida que lo acompañaba para siempre.  ¿Qué pasa ahora?  En cierta manera anulamos el potencial del niño y nos vamos por el camino más fácil y cómodo.

Yo solo les puedo decir, remedios es pan para hoy hambre para mañana. Tal cual, sé que es difícil, latoso, pero como mamás no dejemos que el sistema nos tome una vez mas, que nuestros hijos tengan el derecho de conocer sus propias dificultades, y que el proceso de superación, aunque sea larga, les dará una seguridad que jamás olvidaran.

Es mejor un niño que pregunta que tiene inquietudes, que hace ruido… ¿Será buena una clase donde no vuela ni una mosca, y todos solo escuchan y anotan, eso queremos?

La pega de mamá no es fácil, pero cuando uno logra algo…..pucha que es reconfortante.

Animo, defendamos los derechos de nuestros hijos y no entremos en la cadena que solo logra un camino que parece solucionable y fácil pero que la vida nos demostrará que no era el indicado.

Un abrazo a todas…. y ánimo.

Francisca Buzeta

@panchabuzeta

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Foto de: Garuyo.com