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crecimiento

Ayer un compañero de trabajo me dijo “Fran, de nuevo estás metida en un curso!?” al verme con mis apuntes del taller al que asisto los jueves. Ahí me di cuenta que me la pasé metida en muchos talleres del tipo “autoayuda”; algunos orientados al autoconocimiento, otros demasiado “pachamámicos” para mi gusto, y otros con aportes muy valiosos. Fue una especie de vitrineo, con la finalidad de complementar y fortalecer mi oficio de tarotista terapéutica.

En resumidas cuentas asistí a clases de decretos, de masaje champi, de reiki, de respiración ovárica, de meditación con arquetipos femeninos, de los arcángeles, del rol de la luna en la carta astral, de yoga, de Isha, al Taller de Autoestima con Nerea (Directora de Mujer y Punto).  Algunos de éstos fueron fantásticos, pero en otros quise salir corriendo o derechamente lo hice.

De esta enumeración un poco odiosa, rescato lo siguiente: Llevo un buen tiempo invirtiendo en talleres, es un “ítem” en mi presupuesto mensual. Tanto como destino a la peluquería, en cremas y maquillaje, también invierto en experiencias que contribuyan a fortalecer mi autoestima. Por dentro me quiero sentir tan bien como me veo por fuera. Pero como en todo mercado, la oferta es amplia y muchos de estos talleres ni siquiera vienen con letra chica y por tanto, muchas veces debes estar preparada para la sorpresa. Hoy después de un año lleno de actividades saco en limpio que todos estos talleres, encuentros, grupos, reafirmaron algo maravilloso: mi poder personal.

¿A qué me refiero con Poder Personal?

Cuando me refiero a tu Poder Personal hablo de ese ímpetu que te nace espontáneo cuando quieres emprender, que te empodera, que te da el sentido de identidad; es el núcleo del desarrollo  de nuestra autoestima y del ego.

Por otro lado, es fundamental en esta búsqueda tener súper claro que nadie sabe mejor que tú acerca de qué hacer con tu vida, qué sentir, qué probar. Por qué digo esto? Me encanta recomendar  talleres y cursos, porque en mi vida han sido luces maravillosas y quisiera que todos vivan esa experiencia de conciencia. Pero habiendo participado en tanto, también he visto cómo hay espacios que invaden ese lugar sagrado dentro de ti y puede ocurrir que algo no te resuene o te haga sentir incómoda.

Si alguien que parece entrenado en las artes holísticas o en alguna posición de autoridad en estos tipos de actividades te dice que no debes comer carne o usar tacos, y resulta que tú los amas! En ese caso, mi consejo es no dudar acerca de si tus gustos están bien o mal; no debes meterte a la fuerza algo en la cabeza que no es realmente lo que sientes.

Nadie puede decirte cómo llevar tu vida, cómo mostrar tu identidad, porque con morral o con vestido y perfume, aprenderás igual a reconocer qué camino te conduce a tu realización, a tu felicidad, siendo la versión más auténtica de ti misma. Por otro lado, intenta buscar siempre experiencias que para ti sean armónicas; hacerte recordar algo terrible para que llores, no necesariamente aporta a tu bienestar emocional y físico, aunque te digan que es una especie de “alquimia sanadora”.

Por eso, confía en tu intuición femenina y filtra, que cada taller que necesites para tu crecimiento personal se cruzará en tu camino cuando sea el momento adecuado y lo reconocerás porque será una experiencia que, con seguridad,  te dará herramientas para tu plenitud.

Si el taller no es así, retírate antes y da las gracias por  la oportunidad de reafirmar tu amor propio. 

 

FRAN

 

Francisca Jara B.

Abogado / Tarotista profesional orientada a lecturas de Autonocimiento y Terapéuticas.