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Los tiroteos masivos de los últimos tres meses han sido un detonante de miedo y ansiedad entre las familias, dice un enfermero psiquiátrico de Miami-Dade sobre los casos que atiende.

Esto se presenta como ira y desafío, pero más disciplina no es una respuesta eficaz. Este es sólo uno de los varios desafíos en medio de un aumento a nivel nacional de las enfermedades mentales entre los niños y mujeres.

En Miami, el EMS coordina en colaboración con la National Alliance on Mental, Salud Mental (NAMI)-Miami Dade para buscar soluciones a estos problemas.

Ellos nos invitaron a escuchar a especialistas en la materia y quede sorprendida con la historia de Estephania Plascencia, ella es la Coordinadora del Programa Juvenil en el capítulo de Miami-Dade de la Alianza Nacional para las Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés) y cuando escuche su historia no pude no sorprenderme y ser empática.

Estephania Plascencia luchó contra la depresión crónica y la ansiedad desde que estaba en la escuela primaria hasta mediados de los 20, cuando finalmente buscó ayuda. Los ataques de ansiedad se habían vuelto tan frecuentes que apenas se levantaba de la cama. Un amigo la convenció de ver a un terapeuta y comenzó a aprender estrategias de afrontamiento saludables y a tomar medicamentos. Nos cuenta con voz segura y convicción.

“NAMI me ayudó a darme cuenta de que no estaba solo. Se convirtieron en parte de mi red de apoyo y de mi familia. Me brindaron la validación y la comprensión que me permitieron trabajar con otras personas en sus procesos de recuperación”.

Plascencia habló en una conferencia de prensa virtual organizada por el capítulo de Miami-Dade de NAMI como parte de una campaña de un mes para crear conciencia sobre el aumento nacional de enfermedades mentales entre niños y jóvenes, declarada emergencia nacional por la Asociación Estadounidense de Pediatría.

En la actualidad, Plascencia es parte de una organización basada en pares de personas con experiencia vivida que ofrece clases de educación gratuitas y grupos de apoyo para personas con condiciones de salud mental y sus miembros de la familia. (Visita https://namipv.org )

Niños post pandemia

Los niños post pandemia son curiosos, dijo Plascencia. “Con frecuencia preguntan cómo encontrar ayuda mental cuando los padres no les creen y malinterpretan sus síntomas como pereza o los regañan por faltar a la escuela o no encontrar trabajo”.

Otra historia que me dejó pensando fue la de Eddy Molin, enfermero psiquiátrico del Jackson Health System Miami, dice que ve que los padres son duros con sus hijos para lograr el éxito, pero no reconocen que están experimentando una crisis. En los últimos dos meses, Molin ha notado un aumento en las admisiones de niños con ansiedad y comportamiento disruptivo. Él cree que los tiroteos masivos, especialmente aquellos en entornos escolares, han inquietado a los niños que ya luchan contra el aislamiento. Animó a los padres a ser compasivos y empáticos, a prestar atención a síntomas como la abstinencia, la disminución de la higiene personal, tiempos más prolongados en la cama y desconexión de la vida, incluso con las cosas que solían amar, como jugar videojuegos.

“Cuando tienes un sistema de apoyo que está ahí para ti, la recuperación es posible. A veces es importante tomar medicamentos, pero a veces eso también puede ser agotador. Muestra amor. El amor es la clave”, enfatizó Molin.

La historia de Joshua Ho

El aprendió este consejo de la manera más difícil. Durante 14 años trabajó seis días a la semana como decano de disciplina en una escuela secundaria en North Miami. Estaba acostumbrado a cuidar de sus alumnos inmigrantes que enfrentaban incidentes trágicos en sus familias o países de origen.

“Pensé que sabía de qué se trataba la salud mental”, dijo Ho, un inmigrante de Corea que es el Director de Programas de la Junta Asesora Asiático-Americana del Condado de Miami-Dade. Pero no se dio cuenta del hecho de que su hijo mayor estaba luchando. Cuando el hijo comenzó a tener dolores de estómago, dolores de cabeza, falta de energía y una necesidad constante de dormir, Ho se enojó. “Como padre asiático típico, mis expectativas para mi hijo eran muy altas.

Envió a su hijo a un pastor de jóvenes de la iglesia e hizo una cita con un acupunturista, pero nada funcionó. Finalmente, su hijo habló con un consejero y Ho se enteró de que padecía una enfermedad mental. Ahora, de 20 años, su hijo está en el camino de la recuperación.

“No hay ningún libro sobre cómo ser un buen padre”, dijo Ho. “Pero gritar y gritar no ayuda. La conversación sí”.

Los datos oficiales muestran que uno de cada seis jóvenes tiene diagnósticos de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, ansiedad, problemas de conducta o depresión, pero solo la mitad recibió tratamiento de salud mental el año anterior. Y las mujeres no se quedan atrás.

Más preocupante es que en Florida, la tasa de suicidio de niños de 10 a 14 años en 2020 es más del triple de la tasa de 2007.

Una realidad que no es ajena a todo el continente y que puede servir para tomar conciencia de que prevenir es sanar.

Lorna Collante
Journalist & Communications Consultant
www.lornacollante.com