Que espécimen mas raro y fascinante a la vez. Puede llegar hasta los 2 metros, pero su característica mas peculiar es que no tiene un caparazón duro como la mayoría de las tortugas sino unas costillas cubiertas por una piel dura.

Su nombre taxonómico es (Pelochelys cantorii) y comúnmente recibe el nombre de Tortuga de Cantor. Como todos sabemos, la característica de las tortugas es su caparazón, que no es ni más ni menos que placas óseas juntas recubiertas con placas duras que le dan dureza y rigidez y a la vez, protege a la tortuga de posibles depredadores.

Pero la Tortuga Cantor, tiene un caparazón blando, de nada le sirve un duro caparazón a esta tortuga ya que depredadores de una tortuga que puede llegar a medir 2 metros de largo y pesar 50 kg hay pocos. Quizá el hombre sea el mayor.

Además, esta tortuga de caparazón blando suele estar bajo la arena o el fango para protegerse de los depredadores.

Pero no solo eso, se sabe que esta tortuga es feroz y tiene una fuerte mordedura. Es un carnívoro eficaz, y entre sus presas se encuentran peces, moluscos, crustáceos y otros anfibios menores. Pero gracias a su tamaño y mordida, sería capaz de arrancarnos un dedo de la mano.

Otra curiosidad de este animal es que se pensaba extinguido, pero en 2007 se redescubrió una hembra, y desde entonces se ha llevado un ambicioso programa de recuperación que ha dado buenos resultados. No podemos decir que ya no está en peligro de extinguirse, pero sí que se está recuperando.

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Por Margarita Lira