Apareciste en mi vida sorpresivamente, en la mitad de la nada, cuando yo me hundía. Apareciste sin buscarme, sin buscarte, pero ahí estabas. Fuiste tan importante porque al estar contigo yo me descubrí, yo conocí un nuevo mundo, fui parte de otras realidades lejanas a las mías. A pesar de todo lo que sufrí estoy agradecida de ti, de nuestra relación. No volvería a estar contigo porque siento que teníamos un tiempo, un espacio y un objetivo definido y ya terminado, pero tu paso por mi vida me cambió, me trajo cosas buenas y muchas de esas no las olvido.
1.- Ese mundo tan especial construido en conjunto. Ese espacio tan tuyo, tan mío, tan nuestro donde no entra nadie más. Y hoy no existe pero está en mí. Ya no es parte de la realidad pero sí de mis recuerdos preciados.
2.- Las conversaciones sobre la vida y Dios que nunca había tenido con nadie antes.
3.- Además de ser pareja éramos los mejores amigos y amantes.
4.- Disfrutábamos tanto de nuestros viajes, paseos y pic nic.
5.- Me enseñaste a cocinar.
6.- Me mostraste excelentes películas llenas de sentido y mensajes.
8.- Me permitiste quererte tanto que descubrí mi capacidad de amar.
9.- Me empoderaste en mis sueños y creencias.
10.- Me regalaste maravillosos momentos con música y un buen vino.
11.- Yo te admiraba como nunca a nadie y esa sensación me encantaba.
12.- Eras diferente, muy diferente a todos y tenías tus ideas claras y no transables.
13.- Tu sensibilidad.
14.- Hasta me enamoré de tus miedos y fracasos y me vi expuesta a los míos sin vergüenza.
15.- Y lo mejor, lo más básico pero lo más maravilloso….me hiciste volver a creer, contigo mi fe en la vida, en las relaciones, en los otros, en mí misma volvió…contigo volví a creer y con eso está todo pagado.
Hoy no estás y no quiero que vuelvas pero mi gratitud hacia ti y el tiempo compartido juntos es eterna.
Guadalupe
Foto: we heart it.
