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Había sido sólo un revolcón. Nada importante. Nada que recordar (se supone). Nada más que conversar post encuentro casual. Pero mi cabeza no me dejaba tranquila. Ese hombre me había cautivado.

¿Qué se gana con el sexo casual? Me pareció que no había ganado nada. Si buscaba placer pues debo confesar que había sido un encuentro bastante alejado del objetivo. Los primeros encuentros sexuales nunca son los mejores. Uno no conoce a la otra persona, la otra persona no te conoce a ti. Ninguno de los dos sabe de gustos, preferencias o puntos débiles del compañero de cama recién elegido, por lo tanto mi experiencia sexual estuvo lejos de ser satisfactoria. El sexo es principalmente comunicación y construcción, con el paso del tiempo las parejas van mejorando sexualmente. Ese espacio no existe cuando el sexo es casual. Claramente,este encuentro no iba a ser recordado porque algún orgasmo haya si quiera querido asomar su nariz. El revolcón debía pasar al baúl de los recuerdos sin mayores anécdotas. Pero no, el cuarentón guapetón me tenía pendiente del.

Esa noche disfruté tocarlo, mirarlo, sentirlo….pero lo que más disfruté fue la conversación tan genuina y sinceramente compartida. Error! Alerta roja! Escapa ahora ya! Stop! Y todo tipo de alertas. Cuando te juntas con un tipo a tirar no puedes y no debes quedar enganchada de su voz e ideas. No puedes emocionarte al escucharlo hablar de sus hijos. No puedes empatizar con su dolor. No puedes hacerle cariño post término de la fiesta. Tirar es tirar. Jugueteos, movimientos, placer y Chao. Las reglas del juego son claras. No hay espacios a “quizás”. No. El sexo casual solo te da derecho a eso, un encuentro casual. Todo lo extra percibido y disfrutado complica la situación. Y una parece tenerlo tan claro. Una se cree tan shora. Una se cree el cuento de mina ultra independiente que tira sin involucrarse. .¿Pero qué pasa si no sucede nada de eso? ¿Qué pasa cuando al día siguiente estás pendiente del? Si te llama….si te escribe…si se conectó o si subió una foto. Es ahí cuando te das cuenta que el tipo te gustó, que los “quizás” visitan tu cabeza, que no te importó tener “mal sexo” y que volverías a verlo feliz. La ternura, la honestidad, la sinceridad….le habían ganado terreno al sexo rápidamente. ¿Qué hacia yo ahí contando sobre mis traumas, mis dolores y amores fallidos?

Sin quererlo, había roto las reglas conjuntamente impuestas. Al día siguiente él no escribió, no llamó….claramente a él no le había pasado lo mismo que a mi y estaba en todo su derecho que así fuera. Me sentí obligada a desaparecerlo de mi vida, a borrarlo y bloquearlo. Había que desterrarlo de mi mundo. El, sin darse cuenta, había creado un espacio en mi mente, en mi tiempo, en mis sonrisas…..mi mano había quedado con ganas de tomar la suya. Pero tenía la certeza de que nada pasaría nunca, así se había acordado. Y una debe asumir la realidad cuando es una la que se engancha y el otro no. ¿Qué gané con esa noche de sexo casual? Recordar que ya no me gustan los revolcones. Recordar que tengo unas ganas locas de amar. Y claro….algo dolió.

Fui pasajera de su boca por una noche. Fui visitada por sus manos por unas horas. Su mundo rozaba el mío solo por una noche. La atracción había durado solo ese momento. Al día siguiente ya no existíamos. A minutos llegué a dudar de la veracidad de lo vivido.

¿Les ha pasado algo así? ¿Alguna vez han tenido sexo casual y el tipo les gustó? ¿Les ha pasado sentir muchas cosas y darte cuenta al día siguiente que ya no se existe en ese mundo de la noche anterior? ¿Qué han sentido? ¿Tienen sexo casual con frecuencia sin involucrarse?

Cynthia Lavapille