You are currently viewing Navegando por Miami en tiempo de Coronavirus

Hace ya un tiempo que algunos condados de Florida entraron en la fase uno de la reapertura económica, tras meses de pandemia. Aunque aún falta mucho para volver a la normalidad, al menos ya se puede disfrutar de ciertas actividades recreativas fuera de casa. Eso sí, con una fuerte política sanitaria que permite proteger la salud de todos los involucrados, proveedores y clientes.

Si algo extraño, desde que el virus llegó a Miami, es el mar. No es lo mismo sentir la brisa marina desde la ventana que estar frente al agua. Por eso acepté la propuesta de Fabiola Rojas, quien me contactó desde Fabruyachts  para pasar un día en uno de sus yates de lujo. Dada mi nostalgia playera, acepté la invitación casi de inmediato. Quería experimentar cómo es divertirse en algo, considerado por muchos como cotidiano, en estos tiempos del distanciamiento social y gel antibacterial.

Por supuesto, alquilar y embarcarse en un yate hoy no es igual a meses atrás.

Las normas de higiene son estrictas. Todos, tripulación y usuarios, deben usar tapabocas o cubiertas faciales y guantes. Eso me hizo sentir segura, así que bajé medianamente la guardia. También es obligatorio mantener una distancia respetuosa. por lo que me mantuve a 6 pies de cualquiera desde el muelle, donde abordamos, hasta que me bajé. Además, nos revisaron la temperatura antes de abordar. Todo bajo control.

Ya en el yate, la vista me hizo olvidar que vivía una especie de película apocalíptica sobre enfermedades virales. Miami parecía la misma de siempre. Las palmeras y los edificios seguían ahí, erguidos a lo lejos, como si no pasara nada.

Pero esa ilusión de normalidad se difuminó cuando me di cuenta que las barandas y la cubierta estaban forradas. Además, alguien de la tripulación pasó con más gel antibacterial, recordándonos que debíamos lavarnos las manos regularmente. Los baños, evidentemente, estaban desinfectados, y se vuelven a limpiar cada hora.

Sin duda, la atención del personal de Fabruyachts fue “impecable”. Bebimos vino blanco, disfrutamos el paseo, contemplando la costa y el intenso color del mar. Fue una experiencia increíble, muy grata para el cuerpo y el espíritu, especialmente después de  estar en confinamiento voluntario.

Lo mejor para mí fue ver a mi familia disfrutar en el jet ski. Me pareció que jugaban al aire libre como acostumbraban antes, con la diferencia de que solo podían montarlo de a una persona y estaba prohibido acercarse entre ellos.

Por un momento me extrañó no ver más yates cerca, entonces recordé que todas las embarcaciones debían permanecer a 50 pies de distancia. ¡El espacio privado también se respeta en el mar! El hecho de que solo se pueden alquilar naves entre núcleos familiares me hizo sentir mucho más segura que en otros lugares fuera de mi casa.

Definitivamente, andar en un yate lujoso es una forma maravillosa de despejar el mal humor y desviar la mente de tantas noticias desfavorables. Eso sí, siempre de forma responsable y sana, libre de contagios.

Lorna Collante
Journalist & Communications Consultant
www.lornacollante.com 

Si quieres cotizar tu yate, comunícate con Fabiola Rojas
@Fabruyachts
[email protected]
(786) 6819389