Muchas veces como padres no sabemos qué hacer o cómo reaccionar frente a la crianza de nuestros hijos. Lamentablemente, los chicos no vienen con un manual de usuario debajo del brazo que nos guíe en la labor. Tampoco en las escuelas nos enseñan a ser buenos papás. Y, a veces, la misma técnica no resulta igual para dos o más de nuestros niños. Lo que sí está claro es que todos estamos en el mismo carro y, por más que amamos a nuestros hijos, cometemos muchos errores en la etapa de crianza. Así lo demostró el más reciente estudio realizado por One poll sobre el tema.
De acuerdo con la encuesta, los padres cometen casi 4000 errores en la educación de sus hijos. La investigación, realizada a 2.000 padres mayores de 23 años, reveló que los progenitores consideran que cometen alrededor de 221 errores leves al año, lo cual proyectado entre el día de nacimiento del niño y su cumpleaños número 18 totaliza 3978 errores.
El estudió concluyó que los principales errores de los padres eran: permitir a los niños pasar demasiado tiempo frente a las pantallas (65 por ciento), enseñarles malas palabras (42 por ciento) y dejar que éstos vieran cosas inapropiadas para su edad (39 por ciento).
Por otra parte, los resultados revelaron que la edad más compleja para manejar a los niños son los 6 años y que los más pequeños son quienes requieren de más cuidados. A pesar de esto, el 50 por ciento de los entrevistados admitió que su hijo menor es su favorito (de los que tienen uno favorito).
La encuesta, encargada por Boudreaux’s Butt Paste, señala que cuando los progenitores buscan consejos de cómo educar a sus hijos, consultan, en primer instancia, a sus parejas (42 por ciento), luego a sus madres (41 por ciento) y un 31 por ciento dice hacerlo a otros padres. Además, un número no menor asegura usar la tecnología al momento de buscar información sobre la educación infantil. El 17 por ciento de los encuestados reconoce usar la Internet y casi un 10 por ciento asegura que consulta las redes sociales en busca de ayuda y guía.
Así que ya sabes, si te sentías que eras un “mala madre o padre” por cometer errores en la crianza de tus hijos, no estás solo (a). Nadie es perfecto y sólo estamos tratando de hacer lo mejor posible para y por nuestros hijos.
