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Me acabo de topar con una acertada campaña en redes sociales. Se llama #MAMÁes y su objetivo es convencer a la Real Academia Española de que cambie el significado de la palabra mamá. ¿Saben cómo lo define la RAE? “Hembra que ha parido”. Así de frío. Así de injusto. Como si embarazarse y parir te hicieran madre. Bastante extraño para esta institución de la lengua que es capaz de adaptarse y aceptar que se diga “hubieron”, pero que denigra y discrimina a tantas mujeres con ese significado prehistórico, así como enaltece injustamente a tantas madres biológicas que son solamente eso, pura biología y nada de maternidad.

Este domingo es el Día de la Madre y, aunque se trata de una fecha pensada antes que todo para estimular el consumo, inevitablemente nos hace pensar en nuestras madres y en las madres de nuestros hijos. Por eso, me gusta la idea de los creativos detrás de #MAMÁes. Van a juntar cientos, miles de frases escritas por la gente en Twitter con ese # y se lo van a entregar en formato de libro a la RAE. Como para que los españoles no digan que nadie les avisó. Como para que no se quejen después, cuando una madre adoptiva les ponga una demanda en los tribunales internacionales por discriminar a las millones de mujeres que han adoptado. Y por reírse en la cara de de las miles de mujeres homosexuales que se convierten en la madre no biológica de sus hijos.

¿Qué te hace madre? Lo mismo que te hace padre. Antes que todo, estar. Cerca, disponible, de día y de noche. Estar ahí para tus hijos es lo que primero te convierte en madre. Estar para alimentar, estar para dar apego, estar para proteger, estar para abrazar, estar para poner límites. ¿Qué más te hace madre? Proteger. Como dice una psiquiatra especialista en niños, la principal responsabilidad de una madre y de un padre es que su hijo sobreviva los primeros cinco años de vida. Que no se mate. Después de eso, viene todo el resto.

Y para proteger hay que estar. ¿Qué más? Sacrificar. Tu tiempo, tus horas de sueño, tu cuerpo que muchas veces nunca vuelve a ser el mismo y, a veces, algunas de tus metas. Ser madre -y aquí hay que reconocerlo, esto le toca más a las mujeres que a los hombres todavía- es renunciar. A poco o mucho. Pero no hay maternidad sin esfuerzo,  sin supresión del yo, sin costo personal a cambio de otro tipo de ganancias.

Hagamos ahora un racconto. “Hembra que ha parido” dice la RAE que es una madre. ¿En serio? ¿Acaso eso puede convertir a alguien en mamá? Está bien, cargar un embarazo y protagonizar un parto es pega.  Pero eso es sólo el calentamiento antes de que parta la maratón. Y, además, embarazarse no requiere de ningún esfuerzo. De hecho, demasiadas veces es sólo el resultado de una negligencia.

Ser mamá, en cambio, es trabajar el doble para pagar el colegio de los hijos. Ser mamá, en Chile, es, en un gran porcentaje de casos,  hacerse cargo sola de la familia, sin nadie más al lado. Es romperse el lomo. Es dejar de comer para que tu hijo coma. Es llorar cuando lo vacunan por primera vez. Es pasar un año y medio en una clínica acompañando a tu hija enferma. Eso es ser mamá. No lo que dice esa estúpida  frase de la RAE. Que se haga justicia. Que esta campaña lo logre. Que se cambie el significado de ser mamá.

Rodrigo Guendelman

www.guendelman.cl

 

Foto de: peru.com