You are currently viewing Peter Pan: el síndrome que afecta a los hombres después de los 30

Las mujeres vivimos distintos procesos a lo largo de nuestras vidas y no es menor, somos seres con emociones y nos movemos en base a nuestros sentimientos todos los días. Como estamos acostumbradas a ser seres emocionales, es normal escuchar comentarios o burlas al estar con nuestro período, con un embarazo o incluso con la menopausia. Pero por si no lo sabían, los hombres también pasan por lo mismo. Después de haber vivido varias relaciones con hombres mayores (no me refiero a 60 años, pero sí sobre los 30), me di cuenta que había un factor común en la mayoría de ellos: el miedo al compromiso se hacía cada vez más latente. Más allá de que los hombres se expresen de otra forma, me di cuenta que todo se traduce en una sola cosa: son afectados por el síndrome de Peter Pan. 

Los “niños” que no quieren crecer jamás, se dedican a pasar su días parrandeando y viviendo todas las experiencias que hay para ellos. Sin importarles la otra persona que está a su lado, sólo piensan ellos mismos y en evadir cualquier tipo de relación romántica.

Peter Pan: cómo descubrirlo

La primera vez que escuché sobre éste término fue en una conversación que tuve con mi madre. Yo me encontraba saliendo con un tipo que vivía solo, tenía su propio auto y un trabajo espectacular. Me trataba bien y era considerado cuando estaba con él, pero en los momentos que estabamos separados siempre terminaba comportandose como un idiota. Ojo, no estoy diciendo que esta sea una cualidad de quienes poseen el transtorno de Peter Pan, pero sí me ayudó a entender muchas cosas.

Él quería aprovechar su juventud y claro que no hay problemas con eso, pero ¿qué pasa cuando se pasa a llevar a otra persona? es ahí donde está del dilema. Sin estar conciente de las necesidades del otro, estos hombres no quieren quedarse sin pan ni pedazo: pueden salir y estar comenzando algo con una chica, pero ella pasa a segundo plano porque él es su primera prioridad.

Es por eso que quise hacer una lista con 6 cualidades que se destacan en los hombres que tienen síndrome de Peter Pan: gastar dinero, hablar siempre de ellos y dejarte en segundo plano son sólo algunas de ellas. Revisa cuáles son las demás porque puede ser que estés con un potencial Peter Pan y no tengas idea. Si es así, deja de hacerte ideas románticas y corre porque no necesitas un niño ¡sino un hombre!

1. Salir y tomar, salir y tomar

No importa si es día de semana, salir siempre será un panorama tentador: juntarse con los amigos, ver alguna chica o solo, aprovechan la instancia para festejar lo que sea. El cuerpo ya está acostumbrado a la parranda y Peter Pan tiene todo listo para continuar viviendo en “Nunca Jamás”, o mejor dicho en “No me importan las responsabilidades”. Mientras haya fiesta, no importa si están en algo con una chica porque ¡no durarán ningún segundo en parrandear!


2. “¿Compromiso? no gracias”

“Es que no estoy listo para algo serio” o “soy complicado y no puedo estar con alguien”, son algunas de las tantas excusas que he escuchado siempre. Está bien, no todos estamos hechos para las relaciones, pero en el minuto que la cosa se pone seria son los primeros en salir corriendo.

¿Les da miedo que los cuiden, que los consientan y que los quieran? quizás en el fondo creen que no somos ideales para ellos y no quieren hacernos daño, por eso dicen que tienen terror a estar con alguien. Pero si ese es el caso, prefiero que me lo digan, así dejo de malgastar mi tiempo y el suyo. Si no quieres alguien que te haga sentir bien y que te haga reír, entonces deja de llamarme porque créeme que no eres el único que marca el número de mi teléfono móvil.


3. “Mis amigos primero”

Está bien, los amigos son una parte demasiado importante de nuestras vidas, tanto que hasta podemos considerarlos hermanos cuando pasamos por malos momentos. Pero por más que quiera a mis amigas, ellas no serán quienes me entreguen amor romántico.

Imagina esto: están tranquilos viendo televisión o conversando de algo, cuando derepente empiezan a hacer planes para la noche. Se están motivando mientras tiran ideas al aire pero ¡ring ring! suena su teléfono y por arte de magia pasas a segundo plano. Al final sólo escuchas “claro que iré ¿a qué hora?” y sabes que tu noche en casa será solitaria, con chocolate en mano y viendo una película.


4. “Hago lo que quiero”

Cada vez que un hombre me ha dicho “hago lo que quiero”, he terminado cerrando la puerta en su cara. Lo que Peter Pan no entiende, es que “mi libertad termina donde empieza la de los demás”. Cuando se está de a dos (sea en el período de conquista, saliendo o etc), siempre se debe considerar qué quiere la otra persona. Es hasta casi básico entender que NO podemos hacer lo que queramos.

Si él cree que estar solo siginifica no escuchar lo que una quiere hacer, entonces ¿me puedes decir qué haces con ella? No estoy diciendo que haya que ceder ante los panoramas, pero por lo menos hay que tener un mínimo de consideración por los deseos de la otra persona.


5. Soltero y con dinero, es peor que un mono con metralleta

Los hombres que poseen el síndrome de Peter Pan no tienen ningún problema en derrochar dinero como si fuesen millonarios: salidas, tragos, discoteca, viajes, auto, relojes y ropa son sólo algunos de los accesorios que adoran.

Una vez salí a comer con un tipo, se portó como un caballero pero cuando llegó la cuenta me preguntó si podía pagarla yo. Claro que no tenía problemas con eso porque siempre he pensado que esas cosas deberían ser a medias, pero cuando le pregunté porqué no tenía dinero, me dijo: “sí tengo, pero tengo que comprarme unas zapatillas que quiero y una guitarra”….

Claro que está bien que tenga sus gustos, pero ¡¿entonces para que me invitas a salir?! si alguien te ofrece una velada memorable, lo menos que puede hacer (como caballero), es pagar la cuenta de la comida.


6. “Yo, yo y sólo yo”

“Yo pienso esto, yo quiero esto, yo odio esto, yo amo esto”. Yo, yo y más yo es una de sus palabras favoritas y típicas. Al tener el síndrome de Peter Pan, comienzan a velar sólo por ellos mismos y se convierten en egoístas. En vez de compartir con las demás, prefieren hablar todo el tiempo de ellos, mientras que una se queda como tonta escuchando y sonriendo.

“¡Vaya, qué genial!”, es una de las frases que siempre me toca decir cuando un tipo lleva por lo menos una hora hablando de lo maravilloso que es su auto o qué su gel para el cabello es espectacular. ¿A quién le importa? si vas a ser así de egocéntrico, por favor busca un espejo y no vuelvas a llamarme más.

Así que ya sabes, si has tenido la mala suerte de conocer un tipo así, mi mejor consejo es que corras por tu vida hasta donde no pueda seguirte. ¿Qué caso tiene quedarse con alguien que no está 100% interesado en ti?

Por: Catalina Grez M.