Aunque cada caso es distinto, la respuesta comienza en cada individuo y es ese el principal miedo, escuchar lo que nuestra alma y corazón nos indica. Acostumbrados a escuchar las voces de nuestra historia familiar, inconscientemente repetimos guiones, atrayendo así, a la pareja perfecta según creencias y conductas aprendidas.
“Los seres humanos han buscado por muchos siglos afuera lo que deben empezar buscando dentro. La primera pareja que debemos integrar es la interna y esa pareja interna nos la mostraron nuestros propios padres“. Si guardamos sentimientos de distancia hacia ellos, es la misma distancia inconsciente que tendremos hacia nuestra pareja, tal como indica Anaiz Quevedo basada en las enseñanzas adquiridas en su actualización como renacedora cuántica.
Por su parte Walter Torres, comenta que cuando algo termina, termina. “Si algo culmina en nuestras vidas es para nuestra evolución, por lo tanto, es mejor liberarlo, dejarlo ir, seguir adelante y avanzar ya nutridos con esa experiencia. A veces nos quedamos atascados por el dolor de una ruptura y no podemos disfrutar del presente que tenemos. Torres y Quevedo explican asimismo que buscando controlar al otro embaulamos emociones como si fueran ríos que tarde o temprano van a seguir su cauce natural dejando destrozos, de allí que nos preguntemos por qué sin ver las consecuencias de controlar lo que era imposible controlar, ya que la base del amor es la libertad.
