Vivimos en un mundo que todo es rápido, embasado, desechable, bajo la ley del mínimo esfuerzo, esperando apretar un botón, y todo listo. Siempre responsabilizando al otro de la falta de deseo, corriendo, solo pensando en cumplir, trabajo, niños, colegio, la casa, viajes, nanas, la pareja, gimnasio, supermercado, banco, sobregiro, cansancio, lata, dolores, psicólogos, psiquiatra, pediatra, suegra, mama, sobrinos, hermanos, vacaciones, remedios, cuentas, adelgazar, no fallar, y que todo esto sea lo mas perfecto y armónico posible.

A esto le sumamos que las mujeres nos hemos igualados a los hombres, exigimos mas, tenemos una sexualidad mucho mas erótica y buscamos solo placer, lo cual va creando solo mayor frustración, separación, individualismo en la pareja, mujeres exigentes y hombres angustiado por tener que cumplir ante su pareja, en forma satisfactoria!!!. No soltamos dos elementos fatales, “siempre y mucho”, tenemos que estar siempre listos, hombres y mujeres, asociando a lo satisfactorio y espontáneo.

Al enfocarnos tanto en esta forma de vida, dejamos atrás nuestro mayor potencial como seres humanos, EL DESEO. La sexualidad es responsabilidad de cada uno, por lo tanto hombres y mujeres, debemos trabajar y dedicarle tiempo a desear, buscar nuestros espacios, momentos, no culpar al otro, hacernos cargo. Si lográramos darle la mitad de tiempo al deseo, tendríamos una sexualidad mucho mas placentera, y nuestras relaciones con nuestras parejas serian de mejor calidad.

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Es por esto mujeres lo importante de trabajar el deseo, esto es querer, cuando queremos una cartera o unos zapatos estos están en nuestra mente, hasta que por fin lo tenemos y después ya no nos gustan tanto, como cuando los veíamos en la vitrina, la sexualidad es lo mismo, con la gran diferencia que cuando llegamos al encuentro, tenemos que hacer, trabajar para que esas ganas no se terminen.

La sexualidad es responsabilidad de cada una, nuestro mayor afrodisíaco es nuestra autoestima, sentirnos bien, lindas, atractivas, nos da una seguridad para nuestra vida de pareja. 

Dejemos espacio en la pareja, no pretendamos ser los más amigos y querer saber todo del otro, esto solo irá disminuyendo el deseo. En pareja la suma no es 1+1 =2′ si no 1+1=3, es el tercero que se puede usar como el deseo por el otro, cambiar las rutinas, buscar nuevos espacios, pensar en el día en eso que nos gusto y querer sentirlo nuevamente.

La vida en pareja es lo mismo que andar en bicicleta, a veces vamos de bajada, incluso dejamos de pedalear con tanto vuelo que llevamos, otras vamos de subida y nos cuesta mucho subir, pero no podemos dejar nunca de andar, aunque se nos haga muy difícil, ya que si paramos nos bajaremos de la bicicleta, dándonos por vencidos.

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Busquemos lo sencillo, no pongamos metas inalcanzables, ocupemos nuestros sentidos, olfato, gusto, vista, escuchar, sentir, qué más se le puede pedir a la vida con todas las herramientas que tenemos para solo disfrutar de ella!

Francisca Buzeta Abt.
@panchabuzeta
[email protected]

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