You are currently viewing Rodrigo Guendelman: “Miss Culo”

Rodrigo-Guendelman-en-termas-de-Puyehue1

Hace varios años, unos ocho o nueve, fui jurado de la versión chilena del Miss Reef, ese concurso que se hace en alguna playa del país y que en las próximas semanas tendrá su versión 2014. Me pareció una invitación más que simpática y lo hice gustoso. Hoy me avergüenzo de haber sido cómplice de un evento donde se objetualiza a las mujeres, donde  su cuerpo es desmembrado hasta ver sólo un culo y no una persona.

Hablo desde un lugar lejano a la pacatería y a cualquier tipo de conservadurismo: me encantan  las mujeres, me fascinan sus cuerpos,  me parece fantástico que tengan la libertad para mostrarlos dónde y cómo quieran y, por supuesto, si voy por la calle y se cruza una mujer con un traste atractivo para mis ojos, la miro. El problema comienza cuando deshumanizamos, cuando el cuerpo femenino se transforma en cosa o en parte de una cosa.

¿Saben lo qué sucede cuando llegamos a estos niveles de cosificación a través de concursos como el Miss Reef o las toneladas de publicidad, fotos editoriales de revistas y otras manifestaciones similares?  “Se crea un clima en el que hay una violencia generalizada contra las mujeres, pues convertir a un ser humano en un objeto es casi siempre el primer paso para justificar la violencia contra esa persona.  Lo vemos en el racismo, en la homofobia y en el terrorismo. Es siempre el mismo proceso: la persona es deshumanizada y la violencia se vuelve inevitable”, dice  Jean Kilbourne, reconocida internacionalmente por su trabajo  acerca de la imagen de la mujer en la publicidad.

Claro, la primera lectura es tan superficial como ingenua. “No le pongan tanto, si sólo están mostrando el poto”, dirán muchos, especialmente hombres. Pero si  escuchamos la brillante charla TED de Caroline Heldman,  en la cual esta destacada académica se refiere a un Test de Objeto Sexual,  y posteriormente sometemos al Miss Reef  a la prueba de la blancura, notaremos que el concurso anota al menos cuatro respuestas “correctas” de un total de siete. Y, ojo, basta una de esas respuestas para estar creando un objeto sexual.

Veamos un ejemplo de pregunta: “¿Se muestra a la mujer como sexualmente disponible?”. Déjenme contestarles con una anécdota de esa vez que me tocó ser jurado del Miss Reef en Maitencillo. Cuando fue el turno de una de las concursantes, y en el momento en que nos mostraba el trasero a los miembros del jurado,  se corrió la parte de abajo del traje de baño para que pudiéramos conocer su anatomía completa. ¿Chistoso? Así lo pareció en ese momento. Pero mirándolo con el paso del tiempo, creo que fue un claro síntoma de lo que muchas participantes proyectan: soy un culo y puedes hacer de él un florero. 

Por Rodrigo Guendelman

www.guendelman.cl