Los ojos necesitan lágrimas para mantenerse saludables y sin molestias. Cuando estos no son capaces de producir la cantidad suficiente de lágrimas, existe una condición llamada ojo seco.
El ojo seco también ocurre cuando las lágrimas no tienen la combinación adecuada de elementos o cuando la película lagrimal no es como debería ser. Según la American Academy of Ophthalmology, la capa mucosa (la capa interior de la película lagrimal) ayuda a esparcir la capa acuosa sobre la superficie del ojo, para mantenerlo húmedo.
Este síndrome afecta al 25% de los adultos y está asociado a la disminución de la producción de lágrimas o a una excesiva evaporación de estas, lo que puede aumentar en casos de patologías como la diabetes y el uso de ciertos medicamentos.
Otra razón por la que se puede padecer de “ojo seco” es la exposición durante muchas horas a pantallas o libros sin tener los descansos necesarios, esa alerta, produce que la frecuencia de pestañeo disminuya, y de esta manera la superficie ocular se seca con mayor facilidad.
Maqui en la Prevención del síndrome de ojo seco.
Según los estudios publicados por Journal of Functional Foods, con respecto a efecto de extracto de maqui administrado oralmente en un modelo de ojo seco en ratas, se obtuvieron resultados que sugieren que el extracto del fruto ancestral puede ser útil en la intervención preventiva de esta enfermedad por medio del manejo de la secreción de lágrimas en la glándula lagrimal.
Además, la ingesta periódica del fruto del Maqui, en todas sus versiones +Maqui, bebidas, aguas y néctar ayudan a la protección contra el daño celular inducido por luz, gracias al efecto protector de extractos de maqui y sus principales delfinidinas de maqui en la muerte celular de fotorreceptores inducida por luz.
En invierno los ambientes tibios y calefaccionados, pueden provocar molestias, picazón, enrojecimiento y cansancio ocular.