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La rutina, el estrés, el trabajo, las preocupaciones pueden ser factores de constante agobio en la mayoría de las personas. Erróneamente, creemos que el momento de relajarnos en en las vacaciones, por lo que durante el año vivimos en un constante ritmo de preocupación y no nos damos ratos de calma, porque creemos que “es lo normal”.

Aunque suene cliché, no tienes por qué esperar el verano o las vacaciones para relajar tu mente y así enfrentar mejor los desafíos diarios.

1. Céntrate en los aspectos positivos de ti mismo y tu alrededor.
Deja de ver el lado malo de las cosas. Debes estar agradecido con lo que tienes porque siempre hay alguien que está en una situación peor que tú e incluso aunque no lo parezca. Incentiva la buena onda y te darás cuenta que te sentirás mucho más tranquilo. Familia, amigos, trabajo, deporte, estudios, incluso un lindo día puede darte una perspectiva muy positiva de las cosas.

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2. Repite palabras pacíficas a lo largo del día.
Evita las palabras de enojo, rabia y frustración que solo traen más pensamientos negativos. Piensa positivo y verás lo relajado que te sentirás.
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3. Medita en forma regular.
No necesitas ser un monje budista, no haber meditado nunca o incluso tener que pagar un curso con ello. Con algunos minutos al día en que puedas despejar tu mente, verás como logres ver las cosas desde afuera, con mayor tranquilidad y te irás reconciliando con todos tus miedos y dudas.

Te dejo este video como una meditación guiada si eres principiante en este arte de sanación de cuerpo y mente:

4. Vive el aquí y el ahora.
¿De qué sirve estar constantemente atormentados por los fantasmas del pasado o llenos de dudas y miedos por no saber qué ocurrirá en el futuro? Está comprobado por los grandes maestros del bienestar que hay que vivir y disfrutar el presente.
“Lo que tenga que llegar llegará y ya habrá tiempo de enfrentarlo”, J.K. Rowling.

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5. Deja la ciudad por un momento y reconéctate con la naturaleza.
Anda a almorzar a un parque, organiza algún plan al aire libre o simplemente camina en un lugar con naturaleza y lejos de la ciudad. Ve solo con amigos o con tu mascota. Te desconectarás y relajarás al instante. Si salesmuy tarde del trabajo o lugar de estudios, sal a tu patio o terraza y mira por unos minutos la luna, las estrellas, la noche.

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6. Pinta, dibuja, arma un rompecabezas.
Estas actividades se han puesto de moda porque ayudan a trabajar la mente, al mismo tiempo que nos relajamos.
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7. ¡A ejercitarse!
Como no soy muy amiga de encerrarme en el gimnasio (aunque creo que es una actividad muy válida también) te recomiendo meterte a alguna clase de deporte que te guste: flamenco, poledance, zumba, pilates, yoga, o lo que quieras. Puede ser una excelente instancia para ejercitarte mientras conoces gente nueva, te diviertes y además el ejercicio en equipo da un factor de alta motivación para quienes nos cuesta mantener un ritmo constante en el tiempo. Otra buena opción para ejercitarse mientras aprovechas la naturaleza es meterte a un grupo de deporte en algún parque o de corridas en bicicleta, patines o a trote.
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8. Date un momento sólo para escuchar música.
Puedes escuchar lo que quieras, pero personalmente recomiendo las melodías de la música clásica o de películas como “Los Intocables”, “Amelie”, “Orgullo y prejuicio”. En fin, lo que te sirva para relajar tu mente y olvidar por unos segundos, ayudará.

Las piezas de Ludovico Einaudi son imperdible, escucha esta melodía:

9. Sonríe y ríete con ganas.
La risa no abunda en la boca de los tontos. La risa te revitaliza y da ánimo para seguir adelante en tu día a día. La risa te hará relajarte aunque sea por un momento.

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10. Comparte con tu familia, amigos o gente nueva.
La compañía de los demás nos trae risas, recuerdos, anécdotas. No dejes de lado tu sociabilidad. Júntate en la semana con esos amigos que no ves hace tiempo, ten una linda comida con tu familia, llama a esa amiga que siempre está a tu lado o, incluso atrévete a ir al cumpleaños de esa conocida amable que te invitó, pero que no conoces a nadie. Conocer gente nueva y ampliar tu círculo siempre te ayudará a vivir momentos impensados y en la vida, siempre hay que sumar amistades.

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Por Margarita Lira

Fotos: We heart it

 

La rutina, el estrés, el trabajo, las preocupaciones pueden ser factores de constante agobio en la mayoría de las personas. Erróneamente, creemos que el momento de relajarnos en en las vacaciones, por lo que durante el año vivimos en un constante ritmo de preocupación y no nos damos ratos de calma, porque creemos que “es lo normal”.

Aunque suene cliché, no tienes por qué esperar el verano o las vacaciones para relajar tu mente y así enfrentar mejor los desafíos diarios.

1. Céntrate en los aspectos positivos de ti mismo y tu alrededor.
Deja de ver el lado malo de las cosas. Debes estar agradecido con lo que tienes porque siempre hay alguien que está en una situación peor que tú e incluso aunque no lo parezca. Incentiva la buena onda y te darás cuenta que te sentirás mucho más tranquilo. Familia, amigos, trabajo, deporte, estudios, incluso un lindo día puede darte una perspectiva muy positiva de las cosas.

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2. Repite palabras pacíficas a lo largo del día.
Evita las palabras de enojo, rabia y frustración que solo traen más pensamientos negativos. Piensa positivo y verás lo relajado que te sentirás.
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3. Medita en forma regular.
No necesitas ser un monje budista, no haber meditado nunca o incluso tener que pagar un curso con ello. Con algunos minutos al día en que puedas despejar tu mente, verás como logres ver las cosas desde afuera, con mayor tranquilidad y te irás reconciliando con todos tus miedos y dudas.

Te dejo este video como una meditación guiada si eres principiante en este arte de sanación de cuerpo y mente:

4. Vive el aquí y el ahora.
¿De qué sirve estar constantemente atormentados por los fantasmas del pasado o llenos de dudas y miedos por no saber qué ocurrirá en el futuro? Está comprobado por los grandes maestros del bienestar que hay que vivir y disfrutar el presente.
“Lo que tenga que llegar llegará y ya habrá tiempo de enfrentarlo”, J.K. Rowling.

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5. Deja la ciudad por un momento y reconéctate con la naturaleza.
Anda a almorzar a un parque, organiza algún plan al aire libre o simplemente camina en un lugar con naturaleza y lejos de la ciudad. Ve solo con amigos o con tu mascota. Te desconectarás y relajarás al instante. Si salesmuy tarde del trabajo o lugar de estudios, sal a tu patio o terraza y mira por unos minutos la luna, las estrellas, la noche.

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6. Pinta, dibuja, arma un rompecabezas.
Estas actividades se han puesto de moda porque ayudan a trabajar la mente, al mismo tiempo que nos relajamos.
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7. ¡A ejercitarse!
Como no soy muy amiga de encerrarme en el gimnasio (aunque creo que es una actividad muy válida también) te recomiendo meterte a alguna clase de deporte que te guste: flamenco, poledance, zumba, pilates, yoga, o lo que quieras. Puede ser una excelente instancia para ejercitarte mientras conoces gente nueva, te diviertes y además el ejercicio en equipo da un factor de alta motivación para quienes nos cuesta mantener un ritmo constante en el tiempo. Otra buena opción para ejercitarse mientras aprovechas la naturaleza es meterte a un grupo de deporte en algún parque o de corridas en bicicleta, patines o a trote.
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8. Date un momento sólo para escuchar música.
Puedes escuchar lo que quieras, pero personalmente recomiendo las melodías de la música clásica o de películas como “Los Intocables”, “Amelie”, “Orgullo y prejuicio”. En fin, lo que te sirva para relajar tu mente y olvidar por unos segundos, ayudará.

Las piezas de Ludovico Einaudi son imperdible, escucha esta melodía:

9. Sonríe y ríete con ganas.
La risa no abunda en la boca de los tontos. La risa te revitaliza y da ánimo para seguir adelante en tu día a día. La risa te hará relajarte aunque sea por un momento.

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10. Comparte con tu familia, amigos o gente nueva.
La compañía de los demás nos trae risas, recuerdos, anécdotas. No dejes de lado tu sociabilidad. Júntate en la semana con esos amigos que no ves hace tiempo, ten una linda comida con tu familia, llama a esa amiga que siempre está a tu lado o, incluso atrévete a ir al cumpleaños de esa conocida amable que te invitó, pero que no conoces a nadie. Conocer gente nueva y ampliar tu círculo siempre te ayudará a vivir momentos impensados y en la vida, siempre hay que sumar amistades.

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Por Margarita Lira

Fotos: We heart it