You are currently viewing The Plymouth hotel: Una joya del Art Decó en Miami Beach

The Plymouth invitó a Mujer y Punto a conocer y disfrutar de sus instalaciones el fin de semana de Memorial Day (Día de los caídos en EE.UU). Son varios los hoteles que cada año se inauguran en Miami y fue, justamente, esta joya del Art Deco de los años cuarenta que más llamó mi atención entre las nuevas opciones que surgieron durante el 2017.

Si hay dos cosas que me gustan en la vida es la historia y el arte, y ambas se funden en la revitalización que hizo el diseñador Fernando Santangelo  de este antiguo edificio. En primer lugar, el Plymouth fue, desde sus comienzos, una pieza  atrevida y rupturista y que hoy en día está considerada uno de los diez mejores exponentes del Art Decó en Miami Beach. La restauración de dos murales del famoso pintor ruso-americano Roman Chatov fueron la inspiración para la reconstitución del Lobby y del hotel, en general.  “Fue impresionante ver cómo Santangelo se sentó, miró el mural y comenzó a crear” nos contó una de las empleadas. “Cada pieza del mobiliario fue rescatada de algún mercado de anticuarios, reconstituida y copiada para crear otra versión igual  y así completar la creación” aseguró.

Pero el Plymouth no fue un solo un  hotel. No, durante la Segunda Guerra Mundial fue uno de los hogares de los soldados americanos. Una vez finalizado el conflicto, fue comprado por la Miami New World Symphony, quien la ocupó como residencia para sus alumnos. Y fue, precisamente, esta parte de la historia del edificio la que inspiró a Santangelo y Restoration Hardware para la decoración de las 110 habitaciones. Todas diferentes en tamaños, distribución, pero iguales en colores y materiales. Desde cuartos de 97 m2 con dos habitaciones hasta juguetonas habitaciones dobles para niños  y cuyos precios comienzan en los USD 180, en temporada baja.

La ubicación del Plymouth es insuperable ya que se encuentra en el centro del emergente distrito cultural Collins Park conocido por sus museos, restaurantes, cafeterías y boutiques.  El hotel está  frente al Museo Bass, a poca distancia del Centro de Convenciones, una cuantas cuadras de las tiendas y restaurantes de  Lincoln Road, del Fillmore, la Sinfónica, etc. Así es que siempre encontrarás mucho que hacer. Y si sólo quieres relajarte al sol puedes escoger entre la piscina, que aunque no es muy grande es cómoda o la playa, que se encuentra a sólo dos cuadras y donde encontrarás un “exclusivo” sector  con camillar para los pasajeros del hotel.

Y, porque a ningún buen hotel le puede faltar un restaurant de renombre, en The Plymouth la propuesta gastronómica está a cargo de Blue Ribbon Restaurants. Con 20 establecimientos repartidos por EE.UU, los chefs Bruce y Eric Bromberg  en colaboración con  el maestro de Sushi,  Toshi Uekiestán a cargo de Plymouth Café, el bar  y del servicio de cena.

La primera noche cenamos en el Blue Ribbon Sushi Bar & Gril cuya carta incluye algunos de los platos que han hecho conocidos a los hermanos chefs. La primera noche cenamos un consomé de champiñones al estilo japonés; un Tartar de Salmón; medio Pollo frito (que increíblemente no estaba grasoso ni tan pesado) y terminamos con una bolita de helado de pistacho Mochi (helado japonés cubierto con una capa de masa de arroz) todo por USD 66. El desayuno constaba de un buffet bastante sencillo compuesto con frutas, cortes de carnes y quesos por 21USD y almorzamos 3 tacos de pescado, bastante sabrosos, por 24USD.

LO MEJOR: A pesar de que la ubicación de The Plymouth es excelente, sin duda lo mejor fue el rico olor que se percibe al entrar a las habitaciones y las camas. Las sábanas y el colchón son de otro mundo. ¡Deberían venderlas!

LO PEOR: Aunque hubo varios detalles que no me gustaron del hotel como la falta de velo en las ventanas de la habitación lo que nos obligó a cerrar las cortinas por completo para poder vestirnos, o el hecho que te cobren si usas más de dos cápsulas de café por día. Pero lo peor es sin duda el valor del estacionamiento (42USD por noche). Yo sé que estacionarse en South Beach es caro, pero si ya eres inquilino del hotel, cobrar menos es una ventaja competitiva.
¡Espero les haya servido!

Hasta pronto,
Joanna Wurmann
Corresponsal mujer y punto Miami.

 

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