El mundo de las mascarillas faciales es como el de los labiales: hay una para cada día de la semana; y es que no pueden faltar en tu rutina por sus aromas, texturas y efectos tan variados, en cuanto empiezas a usarlas sientes que no puedes prescindir de ellas.
Actualmente, muchas de las firmas cosméticas se han volcado en el desarrollo de ingeniosos formatos de mascarillas faciales que atraen la atención de quienes quieren lucir un rostro de muñeca sin necesidad de acudir al centro de belleza; pero que tal si nos adentramos en el universo de las mascarillas y te decimos sus diferencias y cómo se usan.
Mascarilla peel off
Si quieres despreocuparte de impurezas y puntos negros en tu cutis esta mascarilla es la indicada.
Tienen una textura de gel y una vez que se aplican se van solidificando hasta dar lugar a una fina capa gelatinosa que se retira de una vez arrastrando las impurezas de la piel.
Son de uso semanal y se retiran levantando la película desde las esquinas del rostro.
Mascarilla de barro
Si quieres purificar y limpiar en profundidad tu cutis, entonces esta es la mascarilla indicada.
Normalmente, su ingrediente estrella es la arcilla, la cual es muy valorada por su poder astringente, lo que resulta especialmente interesante a la hora de limpiar el rostro de grasa e impurezas por lo que esta mascarilla puede ser más apropiada para pieles grasas o mixtas y al igual que la anterior después de aplicarlas se van solidificando y se retira con agua tibia o con una toalla mojada.
Mascarillas velo
Son las que más de moda se han puesto en los últimos años, en parte, por la gran demanda en el mercado asiático y la recomendación boca a boca, se trata de máscaras de celulosa empapadas en principios activos muy variados que se colocan sobre el rostro y después se retiran sin necesidad de enjuagar.
Al retirar la máscara, un pequeño masaje con las yemas de los dedos facilitará la absorción del producto que haya quedado sobre el cutis.
Estás mascarillas pueden aportar diferentes beneficios como: antiarrugas, dar luminosidad, hidratar, nutrir, relajar, aclarar la tez, etc.
Ingredientes como el ácido hialurónico, el colágeno o incluso el oro, suelen ser los más frecuentes en este tipo de mascarillas.
Mascarillas burbuja
Son lo último de lo último y se trata de mascarillas carbonatadas que han recibido popularmente el nombre de “bubble mask” ya que, una vez aplicadas sobre el rostro, generan burbujas que prometen limpiar los poros a fondo.
Mascarillas exfoliantes
Son mascarillas que incluyen pequeñas partículas que exfolian el rostro,arrastrando impurezas y la piel muerta, por eso, una vez aplicadas sobre el cutis se realiza un suave masaje en círculos que nos dejará la piel muy suave y libre de células muertas.
Mascarillas efecto sauna
Estas mascarillas faciales reciben ese nombre porque al aplicarlas sobre el rostro provocan un efecto de calor que abre los poros y los limpia en profundidad.
Además, el cambio de temperatura tiene un efecto relajante y anti estrés. Se aplican como cualquier mascarilla en crema y se retiran con agua tibia.
Mascarillas en polvo
Estas mascarillas en formato polvo han de ser preparadas antes de su aplicación, mezclándolas con agua y también según el tipo, ofrecen diferentes beneficios.
Mascarillas en crema
Las más comunes, son aquellas de textura espesa y con gran cantidad de nutrientes, suelen dejar el rostro muy hidratado y aportan aceites a la piel, por lo que no son de uso diario y se recomiendan especialmente para pieles secas.
Ahora que ya te enteraste de nuevos formatos de mascarillas y que seguramente estarás deseosa por probar alguna, no olvides de ninguna manera utilizar productos seguros del mercado formal, no arriesgues tu salud y belleza adquiriendo productos dudosos que no cumplen con las medidas de seguridad necesarias.
Con información de CANIPEC.
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