Si escuchases alguna vez que existe una infección o alergia al agua quizás pensarías que eso no existe, pero para la joven de 26 años Rachel Warwick la urticaria acuagénica es algo muy real. Esta enfermedad la ha acompañado desde pequeña y es tan potente que tan solo un vaso de agua puede quemar por completo su garganta, como si fuese un veneno.
Urticaria acuagénica y cómo es vivir con ella
Todo comenzó cuando tenía 12 años, en ese entonces era tan solo una niña que aprovechaba la tarde en una piscina, pero al momento de salirse descubrió que tenía una erupción cutánea muy extraña por todos lados. Después de visitar al médico se le diagnosticó la urticaria acuagénica, una enfermedad que afecta a una persona de cada 230 millones y se conocen solo 32 casos en el mundo.
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Para Rachel cualquier tipo de contacto con el agua puede ser la perdición: no puede bañarse en piscinas, no puede salir bajo la lluvia, ni siquiera tomar un vaso de agua. No puede lavar los platos ni tampoco hacer deporte porque eso la hace sudar. La urticaria acuagénica produce en las personas horribles ampollas muy dolorosas, hinchazón y picazón apenas el cuerpo tiene contacto con ese líquido.
Ella explicó en BBC que: “La reacción me hace sentir como si hubiera corrido una maratón. Me siento muy cansada después así que tengo que sentarme durante bastante tiempo. Es horrible pero si lloro mi cara se hincha”.
Es por eso que su esposo se encarga de las actividades relacionadas con el agua, mientras ella solo debe encargarse de utilizar ropa ligera y tomar leche para no dañar tanto su faringe.
Esta enfermedad es tan extraña que todavía no se ha encontrado una cura, por eso para tratarla se debe consumir potentes antihistamínicos que ayuden a contrarrestar los efectos, aunque un grupo de científicos alemanes descubrió que un medicamento para el asma puede ayudar a controlarla. Este ensayo dirigido por el dermatólogo Marcus Maurer, mostró que el fármaco es capaz de bloquear la inmunoglobulina E, que es el anticuerpo responsable de las alergias.
Después de probarlo con varias personas que padecían la urticaria acuagénica, comprobó que incluso en algunos de los pacientes los síntomas desaparecían por completo, pero no en todos. Lo único malo es que el remedio es únicamente para personas que tienen asma y el laboratorio que lo hace no hará investigaciones para desarrollar uno porque no es rentable. Por el momento, Rachel deberá seguir gastando cerca de 1.000 euros al mes para poder vivir lo mejor que pueda.
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Por: Catalina Grez M.
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